“No es fácil presentar la trayectoria artística de cualquier persona, es una tarea muy delicada y con la que no se puede frivolizar en ningún momento, pero si de lo que se trata es de presentar la obra de Francisco Hernandis Díaz, no sólo me es fácil, sino muy grato a la vez, ya que en cada una de sus singladuras artísticas, si no he estado tan cerca de él como para ver todo el proceso, si es verdad que le he seguido continuamente.Ha sido mi mejor compañero de profesión y de él he aprendido mucho, compartiendo experiencias docentes y artísticas tanto en sus investigaciones dentro de los materiales, como en su formación y obra que son un ejemplo de trabajo para mi y cualquiera que se precie de querer aprender a saber mirar.A su lado, se aprenden conceptos universitarios y humanos; verlo trabajar en su obra y observar el proceso de su desarrollo, ha sido y es un lujo, ya que es una experiencia absolutamente didáctica, muy enriquecedora y de buen hacer, así como única e irrepetible.
La hoy Facultad de Bellas Artes de Valencia debe saber que en su día alumbró un artista del que puede estar orgullosa la Universidad. La Obra de Hernandis, es producto de sus constantes inquietudes y por supuesto de la observación de su entorno y saber mirar. Decididamente sus ojos miran bien. Sus volúmenes son a la vez de una gran potencia, sensibles y dulces tanto a la vista como al tacto. La sensualidad, la armonía, el claroscuro, la suavidad de sus perfiles, son constantes en el desarrollo de su obra, así como de la continua búsqueda e investigación con cualquier material que esté a su alcance.
Él, a través de sus cinceles, moldes y por supuesto, sus manos, engrandece y dignifica los materiales con los que trabaja, obteniendo novedosos y perfectos resultados. Concluyendo, diré que Hernandis permite que las generaciones presentes y futuras se enriquezcan con su prestigio social y humano, dejando en la huella del tiempo, además de belleza, la generosidad y tolerancia humana que le caracteriza y que lleva implícita su obra, lo que no es otra cosa que fiel reflejo de él mismo.” De esta forma, D. Juan Romera Agullo (Doctor en Bellas Artes y Director de Artes Plásticas de la Universidad de Murcia), presentó la trayectoria de Francisco Hernandis en la exposición conmemorativa del 750 Aniversario de la Carta Pobla de Silla (Valencia).
La hoy Facultad de Bellas Artes de Valencia debe saber que en su día alumbró un artista del que puede estar orgullosa la Universidad. La Obra de Hernandis, es producto de sus constantes inquietudes y por supuesto de la observación de su entorno y saber mirar. Decididamente sus ojos miran bien. Sus volúmenes son a la vez de una gran potencia, sensibles y dulces tanto a la vista como al tacto. La sensualidad, la armonía, el claroscuro, la suavidad de sus perfiles, son constantes en el desarrollo de su obra, así como de la continua búsqueda e investigación con cualquier material que esté a su alcance.
Él, a través de sus cinceles, moldes y por supuesto, sus manos, engrandece y dignifica los materiales con los que trabaja, obteniendo novedosos y perfectos resultados. Concluyendo, diré que Hernandis permite que las generaciones presentes y futuras se enriquezcan con su prestigio social y humano, dejando en la huella del tiempo, además de belleza, la generosidad y tolerancia humana que le caracteriza y que lleva implícita su obra, lo que no es otra cosa que fiel reflejo de él mismo.” De esta forma, D. Juan Romera Agullo (Doctor en Bellas Artes y Director de Artes Plásticas de la Universidad de Murcia), presentó la trayectoria de Francisco Hernandis en la exposición conmemorativa del 750 Aniversario de la Carta Pobla de Silla (Valencia).